Corriendo bajo la lluvia

Siempre que el tiempo no es exageradamente duro, salir a correr lloviendo es una experiencia sublime. Todo se transforma porque el color es diferente, ya que bajo la capa de agua se resaltan la tonalidades y la luz se refleja. El agua estímula y tonifica y si no hace mucho frío resulta sumamente agradable. En todo caso es importante salir a correr con prendas impermeables para que no se quede el agua pegada a la piel. Recuerdo entrenamientos en los que salía a correr con la típica camiseta de algodón que tras un chaparrón llegaba a pesar más de un kilo de agua fría pegada al pecho. Es fácil imaginar que en esa condiciones el resfriado posterior era inevitable.
Pero si vas bien preparado, vives la lluvia como un acompañamiento y no como un obstáculo. Y esa compañía, es música, es un tacto diferente con el camino y sobre todo es revitalizadora.
Ayer salí a correr con lluvia y me traje estas fotos estimulantes y un tanto estremecedoras de recuerdo.