Remando al viento. Media maratón de Villa Real.

Fotos de la llegada y ambiente

Esta mañana corría el que iba a ser mi último entrenamiento de calidad antes de la maratón de París del próximo domingo. Hacía catorce años que no corría la media maratón de Villa Real, siendo esta una de las más antiguas de la Comunidad Valenciana en su 34 edición.

El día no pintaba demasiado bien por un cuestión muy simple, hacía muuuucho viento. El circuito recorría solo las avenidas más amplias de la ciudad y no iba a haber demasiada opción de abrigo respecto al ventarrón que soplaba.

Ya salía un poco mosca con el tema, pero bueno había que hacerse a la idea. La carrera se compartía con otra de 10K y salíamos todos a la vez y todos mezclados por lo que el ritmo al que se disparó la carrera no parecía el de una media, sino el de un 10K. De todas formas yo tenía claro cual era el ritmo que quería y me daba igual como se lanzase esta. 

Después de los primeros kilómetros y comenzando a sufrir las primeras rachas de aire me di cuenta de que ese día no iba a hacer ningún tiempo interesante. Y sí, no estaba lo bastante fuerte para aguantar de forma constante el ritmo y este iba bajando de forma progresiva conforme pasaban los kilómetros porque me sentía muy poco cómodo corriendo.

Así que me relajé y me centré en correr lo más relajado posible. Cuando los corredores de la carrera de diez se quedaron en la meta me quedé en solitario con participantes a muchos metros delante y detrás. La verdad es que deseaba mucho llegar en esta ocasión a la meta porque me estaba desesperando el aire y la poca gracia con la que me estaba desenvolviendo con ese tema.

Hay carreras que se te quedan dentro de lo que has disfrutado en ellas y otras de las que estás deseando salir casi todo el rato.

Por fin terminó, con una 1 h 27 m. quedé 6º de la categoría de más de 45 años y 33º de la general. Lo bonito llegar a meta y encontrar a mi mujer y a mi hijo esperándome. Lo feo, que una racha de aire volcase un panel de hierro y le cayese en la cabeza a mi pequeñajo. Menos mal que no fue mucho más que el susto y un buen golpetazo, pero de verdad, hoy volví con muchas ganas a casa.