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EL CAMINO DEL FAUNO. DE CASTELLÓN A LA CORUÑA CORRIENDO DESCALZO. Primera etapa.

La línea naranja marca el trayecto a seguir para llegar a destino. Más de 900 kilómetros por pistas, caminos, carreteras comarcales y alguna nacional.


Hay ideas que se te ocurren un día y que planificas ponerlas en marcha pero por unas razones o por otras van quedándose atrás en el tiempo. El camino del fauno, es una idea que quise poner en marcha en 2011 cuando inicié mi transición al minimalismo con sandalias. Sin embargo por diferentes motivos no pudo ser entonces.

Ahora seis años después se produce la conjunción estelar que hace que todo no solo me ayude sino que me empuje a poner en marcha este proyecto olvidado que siempre me apeteció hacer.
En un primer momento me plantee hacerlo de forma concentrada en el mes de agosto pero me di cuenta de que en realidad hacer un camino tan largo no podía estar sujeto a la presión de un calendario tan ajustado o se convertiría en un tormento. Además la gran incertidumbre del tipo de terrenos que me encontraría a lo largo de todos esos kilómetros suponía que no podía hacer un cálculo preciso de lo que tardaría en recorrerlo. Así que decidí alargar el periodo para realizar la ruta a todo lo que me quedaba de julio aunque tuviese que ir combinándolo con mis obligaciones de trabajo. Esto lejos de ser una pega constituiría una ventaja porque me aportaría días de descanso que vendrían bien para seguir adelante, porque el objetivo es llegar a La Coruña corriendo descalzo pero no en un tiempo concreto ni con ningún tipo de medida en particular.

El espíritu de esta iniciativa es disfrutar del camino. Recorrer el territorio a través del cuerpo y en este caso al hacerlo descalzo interiorizar de forma directa su espíritu y su esencia. Por ello no tiene sentido marcarse metas relacionadas con rendimientos, ritmos, tiempos ni distancias concretas, porque es el terreno el que impone su ritmo.

Hice la búsqueda en Google Maps de cuál sería el trayecto a realizar a pie desde Castellón a la Torre de Hércules en La Coruña y trazo casi una línea recta a través de innumerables vericuetos que constituirían el Camino del Fauno. ¿Y por qué del Fauno? Pues por varios motivos. Es el ser mitológico que representa los goces naturales con gran vinculación con la naturaleza, algo que es uno los ingredientes de esta ruta. Por otro lado es  un ser descalzo, que con sus pezuñas se desenvuelve en todo tipo de terrenos. Aún sin pezuñas nuestras extremidades se adaptan muy bien a todo tipo de terrenos y con un poco de trabajo podemos ir a cualquier lugar sin problema. Llegar descalzo a La Coruña sería una buena prueba de ello, aunque a estas alturas no veo la necesidad de tener que demostrar nada al respecto del potencial de nuestros pies.

Creo que es importante decir que este camino no sería posible sin el apoyo incondicional de mi mujer, Rosario Raro, que además de animarme a iniciarlo, me da todo el soporte logístico que necesito para estar preparado en cada etapa para ponerme en marcha. Que ella esté dispuesta a pasarse casi dos meses a seguirme por esos caminos, de pueblo en pueblo creo que es algo que no podré agradecerle nunca lo suficiente.

Hoy cuando escribo esto ya estoy a punto de iniciar la sexta etapa del camino y soy consciente de la dificultad que implica pero al mismo tiempo ya he comenzado a disfrutar de las bendiciones que supone en muchos aspectos. Creo que es una aventura en la que iré evolucionando, espero que para bien y me iré adaptando a sus necesidades para cubrirlo de la forma más intensa e interesante posible.

ETAPA 1. Castellón de la Plana – Onda.

Momento de la salida en Castellón.

Esta era la inauguración de la ruta y parecía sencilla. Luego me di cuenta de que todas las etapas tenían algún tipo de dificultada. Para comenzar con un lugar de cierto empaque nos fuimos a la puerta de entrada al campus de mi universidad, ya que lo tenía cerquita de casa y además tenía una buena carga simbólica para mí.

Estuve estudiando el recorrido antes de salir de casa y no parecía ofrecer demasiado problema. Así que salí confiado incluso algo tarde, a las siete y media confiando llegar en algo menos de dos horas.
La salida de Castellón se producía por la carretera de Alcora atravesando las cuadras que constituyen las poblaciones o pequeños barrios satélites de la ciudad. Y con la salida vino el primer problema. Había cargado el track de todo el camino en mi reloj GPS y a este se le indigestaron las instrucciones de un archivo tan largo, de tal forma que no mostraba bien las indicaciones, desapareciendo de vez en cuando de la pantalla. Aquella zona no era una parte de la ciudad que yo conociese bien y me vi dando vueltas sin sentido y deshaciendo el camino por otras partes. Total, que hasta que deshice la confusión de la salida de rotondas y más rotondas y de atravesar grupos de casas desconocidos para mí se me fue una media hora dando vueltas.

Ya cuando por fin pille bien la ruta para ir acercándome a Onda, me encontré la dura realidad de unos trayectos de asfalto muy descompuestos que me ralentizaban bastante. Lo bueno era que al ir saliendo de los arrabales de Castellón ya estaba más tranquilo y sin apenas tráfico a mi alrededor.
La ruta evitaba las carreteras principales y me introducía por algunas urbanizaciones. Ahí vino mi primer susto. Un hombre salió de su chalet a tirar la basura dejando la puerta abierta y siguiéndole tres perros. Uno de ellos con aspecto de perro de presa tipo pitbull se dirigía hacia mí aunque me tranquilizo que su aspecto parecía amistoso. Sin embargo al llegar a mi altura se lanzó a morderme los tobillos de mi pierna derecha. Sentí una fuerte punzada y lancé una patada al aire para que soltase mi pierna al tiempo que le gritaba al perro y al dueño. Me cabree mucho con el dueño que parecía que le daba lo mismo la situación y que intentaba balbucear una excusa para salir al paso. Observé que por suerte en mi pierna tan solo había unas marcas superficiales como arañazos y no perdí más el tiempo allí, aunque hice una foto del lugar por si acaso me tocaba volver.

Imagen de los arañazos producidos por el cachorro de pitbull


Perdido y mordido por un perro en el primer día, ya me estaba pareciendo que aquello no arrancaba con buen pie. Seguí corriendo con la esperanza de no tener más incidencias aquel día y poco a poco me iba acercando a Onda. La entrada en este municipio estaba precedida de decenas de grandes naves de fábricas de cerámica que hicieron que entrase con la sensación de que nunca llegaba el momento final.

Cuando ya di con un lugar que consideré merecedor de ser la culminación de la etapa me detuve y me encontré a un alumno mío de dos cursos anteriores y que me reconoció ofreciéndose muy amable a llevarme a casa si lo necesitaba. Supongo que un corredor descalzo debe generar esa sensación de desvalimiento que hace que mucha gente se sienta dispuesta a auxiliarte, lo que por supuesto no me parece mal, aunque por suerte no sea necesario.


Al final, mi chica y mi pequeño me encontraron y en este caso sí que me retornaron a casa para celebrar la culminación de la primera etapa. La segunda tendría que esperar dos días.


EL CAMINO DEL FAUNO. DE CASTELLÓN A LA CORUÑA CORRIENDO DESCALZO. Primera etapa. EL CAMINO DEL FAUNO. DE CASTELLÓN A LA CORUÑA CORRIENDO DESCALZO. Primera etapa. Reviewed by evocion on julio 13, 2017 Rating: 5

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