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9 de 9. Maratón de Logroño. El goce intenso de la normalidad.

No hay nada mejor que terminar una maratón con una sonrisa.

Tenía sensaciones problemáticas de cara a afrontar esta maratón. El hecho de haber estado entrenando mucho tiempo en terreno blando para correr la ultramaratón playera de Melides-Troia y lo poco que entrené durante el mes de agosto me hacían sentir débil para este evento. El toque final para mi aprensión de cara a esta carrera fue el último entrenamiento largo en el que las sensaciones no fueran nada alentadoras. 
Pero más allá de todas estas sensaciones agoreras cuando estaba en pelotón de salida el domingo catorce un poco antes de las nueve me encontraba ilusionado entre cientos de corredores. El circuito de la primera maratón de Logroño eran dos vueltas al que correspondía a la media maratón que se celebraba de forma simultanea. Dicho recorrido transcurría por los diferentes barrios de la ciudad con un perfil por lo general muy suave y con pocas pendientes. Por otra parte las calles tenían por lo general el pavimento muy bien cuidado y no ofrecía especiales dificultades a mis pies desnudos. El día salió fresco y luminoso, no faltaba nada para ser una jornada gloriosa de maratón. Y en esas circunstancias tan favorables inicié mi carrera con tranquilidad vigorosa.
Los primeros kilómetros se deslizaban como seda bajo mis pies y todo estaba ajustado en mi mente y en mi cuerpo como si fuese un regalo que me daba para celebrar esa excursión a La Rioja. No me tome en serio a mí mismo en el sentido de que quería tener una buena carrera y no me importaba nada más. Correr y nada más, disfrutar de un nuevo paisaje y de conversaciones con muchos corredores, desconocidos y algunos ya buenos colegas de otras maratones. Y así seguían sumándose más y más kilómetros y todo estaba en su sitio. El asfalto, los adoquines, el granito, eran sustancias que me hablaban pero no me retenían y poco a poco iba evolucionando, mejorando el ritmo a la vez que disfrutaba de una buena maratón.
Los ánimos de mi mujer y mi hijo me aguardaban en las orillas de las calles haciéndome sentir como propia la ciudad acogedora. Y así siguieron sumándose kilómetros con la emocionante normalidad de estar haciendo algo bueno, divertido y emocionante.
Casi sin darme cuenta, en un trabajo de intenso disfrute llegué al kilómetro treinta y tantos y la cosa cambió. Tenía la fundada ilusión de mejorar mi tiempo de la maratón de Vitoria ya que hacía mucho que había pasado al grupo de las tres horas y media y me había sentido bastante fuerte. Pero llegados a ese punto inicié una cuesta abajo en la que una serie de calambres intermitentes en ambas piernas fueron un cepo que me dejo sino parado pero si muy ralentizado. En los últimos cinco kilómetros si que fui consciente de que no había trabajado lo suficiente y esos calambres eran la prueba. 
Como pude terminé y aunque perdí muchos minutos intentando no quedarme tieso por los problemas musculares llegué a la recta final con bastante fuerza para sonreír al ver que igualaba mi mejor tiempo descalzo en maratón. Era un buen resultado teniendo en cuenta como me las había visto en los últimos kilómetros y los presagios que además tenía.
El final quizás fue el más dulce de toda la serie de maratones descalzas que llevo echa hasta ahora. No fue fácil, incluso se complicó mucho al final, pero llegué con la sensación de que correr así no solo era parte de mi genética sino que además era ya la única forma lógica y posible.
Para terminar, valorar de forma muy favorable la organización de la carrera. Me sentí cuidado y mimado en todos los momentos previos, en el transcurso y después de la llegada a meta. Es una prueba que empieza bien y que seguro que seguirá mejorando. Gracias.


Fotos Maratón de Logroño 2014
9 de 9. Maratón de Logroño. El goce intenso de la normalidad. 9 de 9. Maratón de Logroño. El goce intenso de la normalidad. Reviewed by evocion on septiembre 18, 2014 Rating: 5

3 comentarios

  1. Y seguimos sumando, para cuando la proxima?, no te animas con Murcia? Un saludico.

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    Respuestas
    1. Hola Paco, gracias. La próxima el domingo 28 de septiembre en Zaragoza que será la décima. Murcia tendrá que ser otro año porque justo el fin de semana siguiente tengo el cierre de las doce en Atenas. 2015 será un buen año para correr en Murcia ;)

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  2. Enhorabuena!!, Vamos a por las 12!!

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