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Buscando la fuerza. Media maratón de Benicassim.

Con Joaquín Catalán y Angel Abella antes de la salida.

Siempre me gusta correr en Benicassim. Es un lugar bonito, al lado del mar y sobre todo tiene un circuito ideal para correr muy rápido y descalzo.
En esta ocasión iba un tanto tierno de carreras porque la maratón de Washington no contaba pues fue un mega largo relajado y aquí quería correr rápido.
Coincidía con buenos amigos descalcistas, Angel Abella  y Joaquín Catalán pudimos compartir esa excelente mañana para correr.
Me plantee un objetivo que a la vez me parecía ambicioso y razonable, hacer una hora y veinticinco minutos. En todo caso, sino conseguía ese tiempo tampoco pasaba nada, pero creía que era bueno apuntar hacía algún lugar concreto. De hecho en los entrenamientos anteriores no me sentía muy fino y el hombro seguía, sigue, martirizándome en los entrenamientos.
Pero esa mañana, al salir de casa sentía el cuerpo como renovado, me movía con soltura y sentía la energía recorriendo fluida todo mi ser. 
Las competiciones nos elevan y yo casi no notaba la rugosidad del asfalto en el subidón previo a la salida. Tras la charla habitual y calentamiento previo yo me situé en el cajón de sub 1.30 y Angel en el de sub 1.20. Y salimos los más de 450 corredores que
llenamos de energía las calles de Benicassim.

Los primeros kilómetros apenas se sienten y yo tenía que ir conteniéndome comprobando ritmos en el reloj para no pasarme. Me situé el un ritmo para 1.24 seguro de que luego bajaría algo. Los kilómetros pasaban amables por el asfalto impecable de las calles de Benicassim, y un sol tibio y la brisa marina me hacían sentir en un túnel placentero. No aflojé voluntariamente el ritmo hasta que en el kilómetro 8 que subía por el casco antiguo de la población me tuve que dejar llevar y perdí apenas unos segundos. Sin embargo me sentía perfecto, de pies, de energía y de ilusión. Bajando apreté para recuperar los segundos perdidos y entonces noté un envaramiento, una rigidez, un pequeño disparo interno en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Así que aflojé mucho la marcha pues amenazaba en bloquearme. El dolor persistió pero permaneció agazapado sin llegar a liquidarme el funcionamiento de los músculos.  Era obvio que me había pasado, mis fuerzas estaban bien pero mis músculos no estaban preparados y esa contractura era la señal. Me puse a correr mucho más suave, sin brusquedades. Paré y me eché agua fría en la zona masajeándome al tiempo. Un miembro de la organización se interesó por mí y le conté que se estaban quejando los músculos pero que podía seguir.

Así que seguí corriendo con aprensión y con mucho cuidado. En movimiento me iba echando agua y presionando en un masaje rudimentario la protuberancia que marcaba la contractura del isquio, una y otra vez. Como es lógico comenzaron a pasarme muchos corredores, pero esa no era mi preocupación, sino la de llegar al final, a poder ser, entero. Así que fueron pasando los kilómetros y de momento mantenía en funcionamiento mis piernas, había bajado el ritmo pero no tanto como para que me fuese antinatural, así que la pérdida de tiempo no fue exagerada.

Cuando llegó el kilómetro quince, noté que el dolor había remitido mucho hasta ser una molestia menos intensa. Me alegré de pensar que había podido controlar la situación y comencé a correr un poquito más rápido. Como la pierna reaccionó bien seguí acelerando gradualmente, kilómetro a kilómetro. No pretendía correr al ritmo que iba al principio pero si mejorar un poco. Así que fui recuperando posiciones poco a poco.

El último kilómetro llegó casi sin darme cuenta porque yo iba totalmente concentrado en que mi correr fuese suave, fluido y muy equilibrado. Entré en meta con un tiempo de 1.27.56 que dadas las circunstancias me pareció casi milagroso. Al parar en la zona de descanso el dolor de la contractura se hizo patente con fuerza y me di cuenta de que tendría que recuperar mejor ese daño. Hoy por suerte ya ha desaparecido pero la señal de que la recuperación de mi forma competitiva tiene que ser más gradual ha quedado clara.

Me alegré de haber encontrado bien a Angel, que casi baja su mejor tiempo descalzo con una hora veinte minutos y algún segundo pelao.

Como conclusión, vieja y reiterativa, no hay atajos y la mejora es un ciclo de idas y venidas que siempre hay que respetar. Lo bueno que saqué fue saber manejar mi cuerpo en situaciones límite para mantenerlo hasta el final.

Buscando la fuerza. Media maratón de Benicassim. Buscando la fuerza. Media maratón de Benicassim. Reviewed by evocion on abril 04, 2018 Rating: 5

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